Prefería hablar en público sobre el tema de la cartelera y me parecía que los marcadores lo único que hacían era magnificar ocho veces mi incompetencia gráfica.
Por eso, debería alegrarme con el PowerPoint. Pero no. Este programa es un arma de doble filo que suele caer en las manos de los siguientes personajes:
• El que lee textualmente lo que está escrito en la presentación.
• El que le pone transiciones a cada diapositiva
• Al que se le hacen originalísimo el uso de clipart en las presentaciones. Como la imagen del pato que encabeza esta entrada.
Tengo una tía que casi todos los días reenvía por lo menos cinco cadenas de historias edificantes, religiosas, chistes y curiosidades por correo electrónico. Invariablemente, toda la mugre que manda mi tía viene montada en una presentación de PowerPoint. Invariablemente, llegan a un correo de Hotmail cuya función principal es recibir publicidad y boletines de cosas que me interesan pero de las que no estoy muy pendiente. Por eso, si mi tía me necesita, que me llame. Y si algún día descubre mi correo personal y empieza a mandarme cosas ahí, juro por los huesos de todos mis antepasados que le inundo el suyo de porno.
Finalista: París
