31/01/2006

El patio trasero

Algún día iba a ocurrir esto de abrir un blog.

Uno tiene que ser muy desocupado o muy importante para abrir uno y yo, sin duda, pertenezco a la primera categoría. La gente importante no tiene blogs porque de llevar un registro de sus actividades se encarga (nos encargamos) los de la prensa de cualquier color. Mi tono actual es rosa.

Los artistas famosos tienen unas líneas escuetas en los sitios web, pero no nos dejan ver demasiado de sus famosas y artísticas vidas.

¿Por qué La curuba? Porque pocas frutas hay tan bogotanas como ella. Indefectiblemente soy de esta ciudad que me persigue por donde quiera que voy. El recuerdo permanente del olor de la curuba, la sopa de verduras y las colaciones de La Puerta Falsa son el olor de mi ciudad. La orina al lado de la catedral, el olor a aceite de la autopista sur con Boyacá junto a La Sevillana y el jabón de los baños del aeropuerto también me persiguen y consiguen espantarme.

Dada mi falta de fama e importancia, esto sólo es el patio trasero de lo que me pasa. Si alguien siente la tentación de hacerse rico creando una sitcom a partir de lo que aquí encontrará, que por favor se abstenga. Si todas mis desdichas les causan risa, me parece fabuloso, pero, por si acaso, todo lo que aquí se escriba estará registrado para que no hagan plata con las cosas que pasan en este cuarto de San Alejo.